5.16.2006

el humo, hadas y el cielo, finales in-adjetables

Observo el humo de mi cigarrillo deslizarse suavemente hasta el techo de la habitación, pero ya no puedo ver a las hadas que jugaban con el, ya hace tiempo no oigo sonrisas ni voces humanas a mi alrededor, solo advierto la soledad sentada en la puerta de mi lecho, sonriendo satisfecha, victoriosa, repaso mi vida, busco los puntos concluyentes, los errores, los que marcaron este presente, no los encuentro o ya no me interesa encontrarlos, los cielos se han vuelto torpes, escasos, el infierno ahora se viste de acogedora morada, en la ausencia de esos ojos, tus ojos, OH Ángel negro de mi perdición!!, y ahora?, ahora puedo hilvanar de forma necia los segundo y aun así callarlos sin mas, quien pudiera nombrar la tristeza sin conocerla, quien pudiera jactarse de maldito y gritar tu nombre desde un paraíso que se calcino en mis propias narices, podrían crecer esas flores nuevamente entre las cenizas de mi despertar?, ahora, hoy, aquí, lo inmenso se ha hecho pequeño, lo pequeño se hecho imprescindible, como tu!!, y ya no porto alas para surcar las distancias, para ir a robar de tus labios un sorbo de vida, la braza quema mis manos, el tabaco se ha agotado entre mis dedos, un ultimo sonido, una ultima sonrisa mis labios esbozan mezclándose en tu recuerdo, un ultimo grito se desprende del limbo, ya golpea a mi puerta la dulce señora, la otorgadora de eternos sueños, mis ojos se entregan con frenética complacencia, se cierran muy lentamente, voy recordando tu sonrisa colándose en mi alma, tu abrazo certero, la felicidad que me diste en tu eterna brevedad, voy recordando pero olvido quedarme aquí, me dejo ir, oigo voces de nuevo, la voz de un niño que dice conocerte… hasta siempre mi ángel, recuerda que si se puede morir de amor…