5.30.2005

a este pibe...

Hay un niño que juega y se olvida de crecer cuando camina descalzo con la tierra entre los pies, hay una casa blanca tendida en el olvido y números que le quitan el sueño, que no lo dejan perderse en las nubes grises, en las lluvias tristes de las que alguna ves le hable, el viento despeina el patio que lo vio crecer y en los rincones mas solitarios hay todavía juguetes viejos que esperan por el, el murmullo de la ciudad lo vio perder sonrisas, ponerse camisas y trajes que no eran para el, las luces en la noche le pierden de vista y su mirada oscura se pierde en la piel de alguna mujer de paso por su calle y sus labios de cincel, la mujer como siempre huye persiguiendo el amanecer y el jugando dados con la soledad recuerda a una gata de ojos negros a la única que quiso querer, la única que lo contagio hasta la muerte de tristeza y lo acorralo en pasillos de los que no supo escapar y cuando la memoria toca la puerta se viste rápido por que viene a cenar, le ofrece una silla y una taza de café, le cuenta que soñaba con nubes grises y se perdía en los vaivenes de lluvias tristes, de las que alguna ves le hable

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maldita espera... es el mejor tiempo perdido (otra vez yo plagiando)
Leí todo y me re gustó, Andis (mi nuevo literato de cabecera), pero me identifiqué mucho con este texto. Mis cortos (porque somos unos niños) años de vida podrían describirse muy bien con estas líneas.
En fin, ya me agarró la melancolía :/